
Katti Soberbia (su yo 'artístico') hace su trabajo, pero preguntas también. Ellos responden, otros no. Con muchos termina en la barra de un bar, tomándose un café o una tapa de callos y dejando atrás lo que les unió. Con otros no. A veces surge una amistad, y siempre aprende algo... Consigue maquillar su triste condena autoinducida.
En escena aparece Rufus, un tipo de cincuenta y pico que se mete en el pellejo (literal) de varias mascotas de equipos de baloncesto. Pero sin nombres... Es su trabajo. No tiene otro. Termina tarde porque empalma con fiestas clandestinas. Katti y él se funden en un abrazo espontáneo y rompen a llorar. Ella por fin dice que no puede más y él confiesa que se siente como una puta. Te entiendo, gime ella. Comparten los churros y de van a dormir.
A la mañana siguiente, la del lunes, los dos se apuntan al curso de ensamblaje fáctico. Es lo que tiene el azar de soslayo y felatio.
Salud!
*La imagen viene de "Miztica".
Comentarios
Ya te fijas más en lo de aquí,terrenal,que en lo de allí,ficción......poniendole algo de fricción....jeje
Tras ésta incorporación a la sección de comens después de largo viaje por la extremadura, quiero rendir mi admiración a este esfuerzo diario del Sr Vértigo que no para de sorprender.
Por cierto, "oral" es también un viento fresco y suave, como este blog.
¡Soberbio!