
Un tendedero, experto en tabaco islandés, sale al encuentro y pronuncia el famoso "qué desea". A lo que responde entre asma y jadeos al vacío: "resolver". Venga por aquí, señor. Le lleva a la trastienda, donde espera sentado en una butaca de adobe y terciopelo color ocre. tirando a azulón. El experto en tabaco islandés desaparece y entra en escena una tipa con cara de llamarse Teodorica, y en efecto, se hace llamar Teodorica Sardina. Poluto y ella se miran a los ojos, ella le coge de la mano, le acaricia los nudillos con el pulgar izquierdo, cierra los ojos y murmulla la sintonía de Dallas.
Poluto respira, sonríe, se relaja, llora, recita un poema acústico, recuerda, se olvida, repta, canta una canción con voz ajena, baila, vacila, salta a la pata coja, sueña que sueña el sueño que nunca soñó su padre, despierta, abre los ojos, le da un abrazo a Teodorica y resuelve. Cuando vuelve a la fábrica de garabatos sublimes, sus compañeros le reciben con los brazos abiertos y el culo apretado. La nota que había dejado en su taquilla era muy explícita: Me voy al otro barrio a buscar. Ahora, habiendo hecho de vientre (tras años haciendo de 'tolai'), con chapita nueva y sardina en lata comenzará de cero.
Salud!
Comentarios
Voy a ver si sueño que sueño el sueño que nunca nadie soñó que soñaría y de paso resuelvo.
Antoñita la fantástica
Voy a ver si sueño que sueño el sueño que nunca nadie soñó que soñaría y de paso resuelvo.
Antoñita la fantástica